Se trató de una de las mayores aventuras arqueológicas de la historia. Su principal protagonista pasa por ser Howard Carter, pero detrás del arqueólogo hubo muchas personas y hoy sabemos que muchos eran trabajadores egipcios bien cualificados. De hecho, el primer paso, el primer escalón, lo dio un aguador egipcio.
En 2016, un nieto del aguador de la excavación decia: "La verdad es que mi abuelo traía agua para la expedición en dos tinajas y a lomos de un burro cuando encontró la entrada. Todo ocurrió cuando excavó en la arena con sus manos para colocar una de las tinajas, ya que la base era redonda. Así fue cómo apareció el escalón de la tumba de Tutankamón que devolvió la esperanza a Carter".
"Carter estaba convencido de que existía la tumba de Tutankamón y trabajó durante años hasta encontrarla en 1922".
Sea como fuere el relato oficial cuenta que el arqueólogo británico se resistía a creer que en el Valle de los Reyes ya no quedaran grandes tesoros. De hecho estaba convencido de que existía la tumba de Tutankamón. Logró el apoyo financiero de Lord Carnavon y trabajó durante años hasta encontrar la cámara funeraria del joven faraón, cosa que logró en noviembre de 1922.
Cuando abrió la pared de la cámara funeraria, en la distancia un miembro del equipo le preguntó si veía algo, a lo que Carter respondió "sí… cosas maravillosas". Fue así el primer hombre en 3.000 años en entrar en la tumba del joven faraón de la XVIII Dinastía, muerto a los 19 años.
Más secretos en el Valle de los Reyes
Tras la muerte de Akenatón, su padre, Tutankamón fue entronizado con apenas nueve años. Gobernó Egipto durante sólo diez años. A su muerte por malaria en 1352 a. C., con sólo 19 años, el clero de Amón, que intentó que fuera el símbolo de la restauración de los antiguos dioses, lo enterró en el Valle de los Reyes.
"Una teoría sostiene que el faraón Semenejkara no era un hombre, sino una mujer y que podría sería la reina Nefertiti ".
La tumba es inusualmente pequeña para un faraón. Junto a ella se encontraron 5.398 artefactos, incluidos un ataúd de oro macizo, la máscara funeraria, tronos, arcos de tiro con arco, trompetas, un cáliz de loto, varios carros desmontados, comida, vino, sandalias y ropa interior de lino. Tantos objetos eran que Carter tardó 10 años en catalogarlo todo.
Réplica de la tumba. |
Ahora que se van a cumplir 100 años del descubrimiento de la tumba de Tuntakamón, sabemos que ésta no era el único secreto que escondía el valle. Este siglo han salido a la luz dos cámaras más. Una de ellas contiene la momia de una mujer (una cantante en el templo de Karnak).
Pero hay más. Los escaneos con rádar de penetración terrestre que se han hecho en los últimos años sugieren que tras las paredes de la tumba de Tutankamón podría haber otras cámaras y que éstas, posiblemente, contengan féretros.
"Los más fantasiosos creen que la tumba de Nefertiti (Semenejkara) podría estar en una de las cámaras que quedan por analizarse".
Los más optimistas (fantasiosos) quieren pensar que la tumba de Nefertiti puede estar en una de estas nuevas cámaras. Frank Rhüli, de la Universidad de Zúrich, ha estudiado a fondo la momia de Tutankamón. Con ese trabajo, cuenta Scientific American, ha elaborado una lista de las personas que podrían haber sido enterradas cerca del faraón.
Se tratarían de Meritatón, la hermana mayor de Tutankamón, su posible madre Kiya y Semenejkara, tío de Tutankamón y el más breve y enigmático faraón de la dinastía XVIII. Hay una teoría que sostiene que Semenejkara no era un hombre, sino una mujer y que podría sería la reina Nefertiti.
Se llamaba Tutankamón... o no
Y los misterios por resolver no sólo se refieren a otras tumbas del Valle de los Reyes sino al propio joven faraón. T'utankamón no se llamaba Tutankamón. Al menos al nacer.
Es lo que asegura la egiptóloga Joyce Tyldesley, que en realidad su nombre original era Tutankatón. Significa "imagen viva de Atón", lo que refleja el culto de sus padres al dios del sol.
"Al nacer, Tutankamón se llamaba en realidad Tutankatón".
Pero, pasados unos años y ya como faraón, el niño rey cambió de religión y empezó a adorar al dios Amón, venerado como rey de los dioses. De manera que cambió su nombre por Tutankamón. De "imagen viva de Atón" a "imagen viva de Amón".
Y sin embargo, nadie entre los ciudadanos de Egipto le llamaba ni Tutankatón ni Tutankamón. Tyldesley cuenta que el faraón tenía cinco nombres reales, que adoptaban forma de frases cortas que describían el propósito de su reinado.
"Oficialmente, era, Nombre de Horus: Imagen de los nacimientos; Nombre de las Dos Damas: Hermoso de las leyes que sofoca las Dos Tierras/que contenta a todos los dioses; Nombre de Horus de Oro: Elevado de apariencias para el dios/su padre Re; Prenomen: Nebkheperure; Nomen: Tutankamón", enumera la egiptóloga.
La daga de hierro de meteorito
El último misterio resuelto es el del puñal de hierro de meteorito con empuñadura de oro hallado en la tumba de Tutankamón. Llegó de fuera de Egipto, probablemente de Anatolia, y habría sido un regalo del rey de Mitanni -en la actual Siria- a Amenhotep III, abuelo del joven faraón.
Según un análisis, la Edad del Hierro comenzó después del 1.200 a.C., pero algunos artefactos prehistóricos con mineral proveniente de meteoritos fueron fabricados antes, en la Edad del Bronce (3.000 al 1.200 a.C.). Sería el caso de esta daga, cuyo origen y método de fabricación siguen sin estar claros.
Carter murió solo como solo había vivido
Aunque el descubrimiento de la tumba de Tuntakamón fue, como casi todo en esta vida, una labor de equipo, Howard Carter ha pasado a la historia como el obstinado arqueólogo que lo logró. Cuentan que tras el hallazgo, anunció que lo siguiente iba a ser encontrar la tumba de Alejandro Magno. Eso no ocurrió.
"Es asombroso lo poco que conocemos de su vida privada".
Carter murió en 1939 a los 64 años de un cáncer linfático siendo en realidad un desconocido. "Es asombroso lo poco que conocemos de su vida privada", escribió T. G. H. James, su biógrafo en Howard Carter. The path to Tutankhamun. Murió como vivió, solo. Pocas personas fueron a su entierro. No se le conoció ni pareja ni relación alguna.
En la tumba de Carter se lee una inscripción: "Pueda tu espíritu vivir, durar millones de años, tú que amas Tebas, sentado con la cara al viento del norte, los ojos llenos de felicidad". Está tomada de la copa de alabastro de Tutankamón.
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