La cadera es la articulación que une la parte superior del cuerpo con la inferior, por lo que está involucrada en una gran cantidad de movimientos que realizamos en nuestro día a día. Estos movimientos pueden causar inflamaciones en los distintos elementos de la estructura de la cadera. Uno de ellos es la trocanteritis o bursitis trocantérea. Quiero hablaros de esta patología, por que recientemente la he padecido y la verdad, es que es bastante incapacitante, no solo por el dolor que genera, si no por sus daños colaterales. Empecemos.
Qué es la trocanteritis
El trocánter es una protuberancia ósea que se encuentra en la parte superior lateral del fémur. Si palpamos la zona de la cadera es probable que podamos notar este saliente del hueso desde el exterior.
En el trocánter se insertan tendones de los distintos músculos de la cadera, entre ellos, el glúteo mayor y el glúteo medio. La articulación de la cadera, en la que se encuentra el trocánter, está envuelta por una bolsa de líquido sinovial conocida como bursa. Esta bolsa es la encargada de proteger la cadera de los impactos y actúa como almohadilla para evitar que los tendones y las prominencias óseas sufran roces.
La trocanteritis o bursitis trocantérea es un proceso inflamatorio de la bursa del trocánter mayor, frecuentemente causado por el sobreuso de la articulación de la cadera o por movimientos repetitivos, lo que desemboca en irritación y dolor.
La trocanteritis es una patología que tiene mayor incidencia en mujeres debido a la estructura de la cadera. Además, es una patología que afecta más a personas entre 40 y 60 años de edad y se estima que entre un 10 y un 20% de la población la sufrirán en algún momento de su vida.
Causas de la trocanteritis
La bursitis trocantérea viene generalmente provocada por la fricción constante del músculo tensor durante los movimientos de flexo-extensión de la cadera, estas fricciones repetitivas se denominan microtraumatismos de repetición.
Es decir, en nuestra vida diaria utilizamos la cadera para realizar multitud de movimientos que causan fricción en la articulación y que pueden llevar a la inflamación de la bursa.
Además de esta causa, hay otras que pueden estar detrás de la trocanteritis, estas son algunas de las más frecuentes:
- Practicar ciertos deportes: Este proceso inflamatorio puede estar derivado de la práctica de deportes que implican un excesivo rozamiento de la región, suele aparecer en corredores de maratón o porteros de fútbol. También puede aparecer en personas que corren frecuentemente en terrenos inclinados o saltando bordillos.
- Discrepancia en la longitud de las piernas: Este tipo de patología aparece en la infancia y va generando un cambio en la biomecánica de la pierna que puede derivar en una alteración de la marcha y en la inflamación de la bursa.
- Obesidad: Muchos casos en los que aparece la trocanteritis existe cierto grado de obesidad en el paciente, ya que el exceso de peso genera una sobrecarga en las articulaciones.
- Traumatismos: Una caída o un golpe directo en la cadera puede tener como consecuencia la inflamación de la bursa del trocánter.
Si sufres de trocanteritis, una de las mejores formas para evitar su reincidencia es conocer la causa para poder corregir este factor y evitar que la patología se cronifique. Para ello, lo más recomendable es acudir a un traumatólogo especializado en patologías de cadera.
Tratamiento de la trocanteritis
El tratamiento para la bursitis trocantérea en un inicio es conservador, es decir, no requiere de cirugía. El objetivo del tratamiento es reducir el dolor y la inflamación para, posteriormente poder corregir aquellas actividades que han causado la inflamación y prevenir que esta vuelva a aparecer.
Estos son algunos de los tratamientos conservadores que se utilizan para tratar la trocanteritis:
- Reposo: Durante la fase aguda del dolor se recomienda guardar reposo para no seguir realizando movimientos que sobrecarguen la cadera.
- Antiinflamatorios: Aunque estos no ayudarán a curar la patología, sí atenúan el proceso inflamatorio y calman el dolor de forma puntual.
- Infiltración con corticoides: Al igual que los antiinflamatorios, proporcionan un alivio momentáneo del dolor pero no están enfocados a una mejora de la patología.
- Realización de rehabilitación tras trocanteritis: Tras un primer periodo de descanso, es recomendable la realización de ejercicios de bajo impacto que fortalezcan la zona, por ejemplo, ejercicios en los que se realicen cambios alternos en el punto de apoyo.
En el caso de que el tratamiento conservador no de resultados y el dolor dure más de seis meses, puede optarse por un tratamiento quirúrgico.
Esta intervención puede realizarse de forma endoscópica, con ayuda de una artroscopio (una pequeña cámara) que se introduce a través de unas incisiones de unos pocos centímetros a cada lado de la bursa. Esta cirugía se centra en la zona del trocánter mayor y no es necesario llegar a la articulación de la cadera.
Cuando la cirugía endoscópica no es posible, se opta por una cirugía abierta en la que se realiza una incisión en el trocánter mayor. Esta opción es más invasiva e implica una recuperación más lenta, además de provocar cicatrices de mayor tamaño.
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