Scapa Flow es una bahía natural, al abrigo del viento en las Islas Orcadas, al norte de Escocia. Este refugio fue utilizado como base naval para la marina de guerra Británica durante las dos guerras mundiales.
En noviembre de 1918, pocos días después del Armisticio, Alemania descubrió las duras condiciones impuestas por los aliados, que incluían, además de la retirada de las tropas y daños financieros, la entrega completa de su aviación y de su flota naval. Todos los buques de guerra alemanes debían de ser internados en puertos aliados hasta que se tomara una decisión final. Esto supuso el traslado a Scapa Flow de los 74 barcos que quedaban de la flota imperial alemana, los cuales, fueron escoltados por cerca de 250 buques de guerra de los aliados, dado que estos tenían mucho cuidado del peligro de esta flota, que se ilustro en numerosas batallas navales a lo largo de los cuatro años que duro la Primera Guerra Mundial.