Recientemente he tenido que llevar a limpiar el sensor de mi ya longeva cámara, Nikon D70. Aunque hay literatura digital de sobra, de gente que lleva a cabo ella misma esta acción en sus propias casas, yo he decidido llevarla a una tienda, donde la han dejado impecable por 25€. Es la primera vez que se le hacia este mantenimiento desde que la compre, allá por 2005/2006. Aunque es cierto que ya había notado alguna mancha en fotos anteriores, el culmen ha llegado cuando revisamos las fotos que nos hicimos este verano, durante nuestras vacaciones en Tenerife, sobre todo, después de visitar el entorno volcánico del Teide, que ya os contare en otro momento.
Hoy me gustaría centrarme en cómo llegan hasta él sensor las partículas
de polvo que aparecen en forma de círculos oscuros en las zonas del
cielo de las fotografías realizadas con diafragmas muy cerrados.
Por cierto, ya que estamos… ¿Sabéis por qué las motas se ven más
claramente con el diafragma lo más cerrado posible? Pues porque al hacer
eso estamos maximizando la profundidad de campo
(el rango de distancia al que se ven las cosas nítidas por delante y
por detrás del motivo enfocado) hasta el punto de llegar a distinguir
las motas que hay sobre la superficie del sensor.