Una bici grande o pequeña para tus proporciones corporales generará más cansancio, dolores de espalda y te resultará más difícil de manejar que si llevaras la medida correcta. A los más dedicados les aconsejamos un ajuste personalizado por profesionales, tomando todas las medidas posibles. Para el resto, la gran mayoría, aquí van estas recomendaciones:
1) Puedes elegir la talla de forma sencilla basándote en la longitud de pierna, desde el suelo hasta la entrepierna.
Multiplica esa medida por 0.54 y tendrás una aproximación a tu talla en centímetros.
Divide entre 2.54 para obtener la medida en pulgadas (el estándar de muchas marcas).
Por ejemplo, si tu pierna mide 87 cm:
87 x 0.54= 46.98
Tu talla es una 47 cm.
En pulgadas sería 46.98 / 2.54 = 18’49, redondeando, una 18.5”.
Truco: Si no tienes un metro a mano y necesitas una comprobación rápida, lo más fácil es que hacer una comprobación rápida, colocando los talones sobre los pedales y girando las bielas hacia atrás. Hazlo apoyándote en una pared o en un compañero. Con los pies así colocados (de talón) la rodilla debe extenderse totalmente en el punto en el que el pie está lo más alejado posible del sillín. Pero la extensión de rodilla debe darse sin ninguna oscilación horizontal de la cadera. Si las caderas oscilan es porque la altura es excesiva, hemos de buscar ese punto en el que extendemos la rodilla del todo pero sin mover la cadera.
2) Lo mejor es usar un goniómetro, que mide el ángulo de la rodilla con el muslo en el punto inferior del recorrido de pedaleo, pero es más sencillo basarse en la longitud de pierna.
Se aconseja que entre el sillín y el pedal haya un 109% de la longitud de pierna. En mujeres sería un 107%, por la menor longitud de los pies, parte del brazo de palanca que comienza en la cadera. Altura (De pedal a asiento) = Longitud de pierna (De periné a suelo) x 1,09
Con el ejemplo anterior, de 87 cm de pierna, sería 87 x 1.09 = 94.83 cm
Sube o baja el sillín hasta que haya esa distancia desde el pedal (con la biela puesta en prolongación del tubo de sillín) hasta la parte alta del asiento.
Buscamos que la rodilla se mueva en un ángulo comprendido entre los 70º en su máxima flexión, con el pedal arriba del todo, y los 150º, con el pedal en el punto inferior con el apoyo correcto de metatarso, que es la máxima extensión.
Truco: Las molestias en la parte delantera de la rodilla pueden deberse a un sillín algo bajo, súbelo hasta que la extensión de la rodilla en el punto muerto inferior llegue hasta los 160º. Las molestias en la zona poplítea, la parte posterior de la rodilla, se pueden originar por un sillín demasiado alto, bájalo ligeramente hasta que tu rodilla llegue a una flexión de 80º con el pedal arriba.
3) Por supuesto que no, es un punto de partida, tenemos que buscar que el ángulo de la espalda respecto de la horizontal sea el idóneo para nuestro tipo de uso y nuestra condición física. Para un uso medio con la bici de montaña, de rutas y excursiones, recomendamos que la espalda no tenga un ángulo menor de 45º. Muy importante: este ángulo se ha conseguir manteniendo los codos ligeramente flexionados en esa posición, no sirve si has de extenderlos totalmente o van flexionados en exceso.
En carretera el ángulo baja hasta los 30º aproximadamente y en un uso más relajado, de paseo, sube hasta los 60-75º.
4) Un aspecto muy descuidado es la buena colocación de las palancas de freno.
Colócalas de forma que los dedos queden ligeramente por debajo de la prolongación de la línea imaginaria que forman los antebrazos. Los dedos índice y medio tienen que quedar en el extremo externo de la palanca, que es donde más fuerza haces. Lo normal es que tengas que desplazarlas hacia dentro.
5) Para conseguirla, debes seguir las siguientes pautas:
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