Aunque no lo parezca, el tener sexo es natural pero
el tenerlo de una forma poco apropiada suele producir lesiones que
provocan cierto malestar tras la sesión. Aveces nos dejamos llevar por ciertas fantasias y estas pueden acabar de mala manera. Para evitarlas os
propongo que prestéis atención a este minipost. Sexo sí,
pero seguro.
Rozaduras con las sábanas o la alfombra. No todo el
mundo tiene dinero para tener sexo sobre sábanas de raso. Una sábana con
más lavados que la bandera nacional puede provocar rozaduras por no
hablar del romántico polvo ante la chimenea sobre la rústica alfombra de
una casa rural. Usad cojines o almohadas o lo que tengáis a mano para
evitar las consecuencias.
Rozaduras por falta de lubricación. En muchas
ocasiones la mujer no logra el punto necesario de lubricación para ser
penetrada. Por más que el preservativo lleve lubricante y el hombre no
se de cuenta, es la mujer la que debe indicarle que trabaje un poco más
antes de entrar en faena. O eso o que use lubricante.
Marcas de tortazos en el culo. Los tortazos suelen
ser bienvenidos por algunas mujeres.Recuerda que un ligero tortazo
excita, un tortazo fuerte no tanto, aunque hay de todo. Para evitar
marcas dile a tu chico, o a tu chica, que mida sus fuerzas.
Estimulación de los pezones demasiado fuerte. A
medida que aumenta la excitación la mujer podría admitir más intensidad
en la estimulación de los pezones pero sería ideal no pasarse demasiado.
Una leve presión basta. Recuerda que no es un timbre o el mando de la
lavadora.
Labios con heridas. Tras el sexo oral, los besos
continuados y la estimulación con la lengua se suele producir cierta
sequedad en la boca. Antes de volver a salir a la calle mírate en el
espejo y usa cualquier tipo de bálsamo para recuperar tus labios y tu
sonrisa.
No te he pedido que me hagas eso. La influencia del
porno es más fuerte de lo que parece. Muchos, emulando a Nacho Vidal,
optan por tirarle del pelo a su pareja, darle tortazos en la cara o en
el culo y varias actitudes similares. Como decimos siempre, primero
preguntad si a vuestra pareja le gusta esto y luego actuad. O mejor
todavía, aclarar lo que os gusta antes de entrar en faena.
Molestias en el coxis. La postura del misionero
puede provocar en la mujer demasiada presión en el coxis. Las malas
posturas y una superficie poco apropiada pueden provocar problemas.
Evitadlo intentando comprobar que el lugar donde vais a tener sexo es el
más adecuado.
Problemas musculares. La pasión lleva a intentar
posturas imposibles y estiramientos dignos de cualquier atleta olímpico.
Está bien probar nuevas posturas pero para facilitaros la tarea podéis
comprar en un sex shop varios adminículos que os facilitarán la tarea
enormemente.
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