Se trata de 10 kits por cada una de sus tres categorías (cajón, percusión, efectos), cada uno de ellos compuesto por dos sonidos. Hay un ajuste de volumen y otro de sensibilidad, y cuenta con entrada audio que puede mezclarse con el sonido propio hacia el amplificador de 3W que lleva internamente y que ataca a un altavoz de 6,5 pulgadas. Como cabe esperar, es posible el uso mediante pilas. No cuenta con conexiones MIDI ni USB, así que su intención no es la de posibilitar la introducción de notas en un secuenciador, sino estrictamente su uso en vivo.
No sé si eso o el fervor de los japoneses hacia todo lo flamenco es lo que ha llevado a la nueva propuesta de Roland, pero nos permite disponer de una alternativa inesperada para acompañar desde un cajón sesiones en vivo.
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