Ya han pasado las tan cansinas pero emocionantes elecciones. Ese tiempo de promesas y nuevas ilusiones que tan a menudo nos han acabado defraudado con el tiempo en este país. Pero estas elecciones han sido distintas. Su resultado ha cambiado el panorama político nacional al completo. Con ellas se han acabado con el bipartidismo y las mayorías absolutas, cosa que a la larga nos va a beneficiar segurísimo, por que ganaremos en representabilidad y los dos partidos grandes, si no se regeneran de verdad para antes de las próximas elecciones generales de noviembre, van a perder muchísimo poder. Un poder que lleva enquistado casi cuarenta años en el gobierno, del cual es sabido numerosos casos de corrupción, estafas, prevaricación, puertas giratorias... y eso es con lo que realmente tenemos que combatir. No nos interesan gobernantes que durante la campaña electoral nos digan unas cosas y luego hagan otras. No nos interesan gobernantes que sean capaces de recortar en bienestar, salud, educación o ayudas a la dependencia, para darle miles de millones de euros a una secta, financiar el maltrato animal con dinero público o comprar armas disuasorias para manifestantes. No nos interesan gobernantes por los cuales nos esten todos los dias llegando quejas desde la UE y ahora incluso hasta de la ONU...
Con estas elecciones hemos tenido la oportunidad de cambiar todo esto, por que han entrado en juego nuevas fuerzas políticas, la mayoría constituidas por jóvenes (y no tan jóvenes) con ideas nuevas y renovadas, provenientes de aquellas movilizaciones que tuvieron lugar entorno al 15 de mayo de 2011, en las cuales participé. El denominado 15M.
Esto es parte de la culminación de aquella lucha, de la que al principio todos los políticos se reían y mofaban. Hoy aquellos políticos se van a tener que sentar en las mesas a negociar con aquella misma gente a la que mandaron dispersarse o incluso cargaron policialmente en aquellas manifestaciones. Que vueltas da la vida...
Y se torna una negociación dura, seguro, por que los tercios nuevos vienen con ideas nuevas, renovadoras, y son la llave para muchos gobiernos por su amplia representación conseguida. Pero los tercios viejos no querrán perder sus privilegios e incluso me da que negociarían con el mismísimo Satanas antes de ceder.
Es hora de cambiar España y hemos dado el primer paso. Es un buen principio, aunque sorprendentemente, los partidos corruptos mantienen una amplia representación. Para mi es totalmente incomprensible, como en ciudades e incluso comunidades ampliamente castigas por la corrupción del partido gobernante, estos sigan sacando tanta representación... ¿Somos masocas o es que no tenemos dos dedos de frente?...
Ahora es el tiempo de demostrar que todo se puede cambiar para mejor, y esta claro que el que no aporte su granito de arena se quedara fuera de juego. Es hora de ponerse a trabajar y convertir las palabras en hechos.
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