Al acto de hacer este tipo de comentarios o participaciones en línea se le conoce como trolling, y encontrarás que el término troll se aplica por igual tanto a las personas que hacen la publicación, como al texto en sí que se publicó (por ejemplo, “...Juan publicó un trol en el blog...”).
Otra definición muy interesante de troll (y trolling) la dio Lindy West en una publicación en The Guardian donde habla de sus propias experiencias con troles (el original está en inglés y aquí presento una traducción):
Trolling es una forma de abuso por recreación –por lo general en el anonimato– con la intención de hacerle perder el tiempo al sujeto, sacarlo de sus casillas, frustrarlo o asustarlo para callarle. A veces es relativamente inofensivo (como haciendo preguntas contradictorias sólo para comenzar una discusión) o inmaduro (como burlándose de mi peso o mi inteligencia), pero –sobre todo cuando el sujeto es una mujer joven– se llega con frecuencia a rayar en acoso peligroso y hostigamiento.
Al acto de atacar a alguien en línea también se le conoce como flaming, que se diferencia de trolling en que el segundo es un acto habitual y el primero pudiera ser ocasional o resultado de un conflicto personal. Los troles son muy comunes en Internet, al punto que muchas páginas de Internet han bloqueado las publicaciones abiertas de comentarios y ahora pasan por un proceso de revisión-aprobación.
Aqui puedes ver un interesante reportaje del rastreo de un trol (en inglés), hecho por BBC
Al tener anonimidad y una pérdida temporal de identidad, los troles tienen una capa que les permite comportarse como nunca lo harían en la vida cotidiana, ya que se pierden las regulaciones sociales y límites que se tienen en situaciones cara a cara o, para ponerlo en términos más llanos, cuando “la gente sabe dónde viven”. Las siguientes características son el resultado de esa liberación de comportamientos que llegan a ser maquiavélicos, psicópatas, sádicos o, si tal cosa es posible, alguna combinación de lo anterior. Hay troles que han admitido que hacen trolling como el resultado de estar pasando por situaciones personales frustrantes o episodios depresivos.
- Los troles son inmunes a críticas y argumentos lógicos, por lo que no puedes razonar con ellos, aún cuando tu argumento sea sólido.
- Los troles no sienten remordimientos. Algunos de ellos pudieran clasificarse como sociópatas y, como tales, se regocijan al herir los sentimientos de otras personas.
- Los troles se ven a sí mismos por encima de las convenciones sociales.
- Los troles no se apegan a las reglas básicas de convivencia o de educación básica.
- Los troles consideran que están por encima de cualquier responsabilidad o limitante social.
- Los troles se alimentan de tu enojo y de los insultos que les dirijas. Las emociones de desagrado e indignación que provocan les da una mórbida sensación de placer.
- Hay dos formas de lidiar con los troles: ignorarlos o bloquearlos para que así no puedan hacer publicaciones.
- Lo que motiva al trol es el poder alimentar su ego sin tener que sufrir las consecuencias de sus actos. Se escudan en la anonimidad que da Internet para dar rienda suelta a sus necesidades de descargar frustración y odio hacia la sociedad y el mundo.
En caso de que tengas que lidiar con troles...
En realidad gran parte de la solución a trolling recae en las páginas y editores que publican contenido y reciben comentarios de sus visitantes, con medidas como evitar comentarios anónimos, revisando comentarios antes de publicarlos y bloqueando a troles potenciales.
Por tu parte, como alguien que publica contenido, puedes:
- Para los troles casuales, simplemente ignora sus publicaciones, aún cuando sea difícil dejar que tenga la última palabra, el que no exista una discusión los desmotiva.
- Para los troles incisivos, lo mejor es reportarlos a los moderadores del foro o vehículo donde estén publicando. Al final, los troles deben ser bloqueados, ya sea por su nombre de usuario o por su dirección IP. Otra táctica es dejar que los troles sigan publicando y, sin que se den cuenta, sus publicaciones sean invisibles para los demás usuarios, haciendo así que el trol esté perdiendo su tiempo (tiempo que no usará haciendo trolling en otros medios).
Todo esto es más fácil decirlo que hacerlo. Para poner más claro el punto, voy a poner un ejemplo: Hay casos de trolling donde la persona objetivo recibe mensajes altamente hirientes de cuentas falsificadas de familiares ya fallecidos (el trol crea una cuenta falsa y utiliza una fotografía robada para poner en el perfil falso que creo en, por ejemplo, Facebook). ¿Cómo se supone que se debe reaccionar? Bloquear y denunciar sólo hace que abran otra cuenta (sí, los troles pueden ser así de incisivos) y, para personas cuya profesión implica estar en línea, esto es un problema real.
¿Qué es lo que hacen los troles exactamente?
- Publican comentarios hirientes dirigidos a una persona en específico. El Trolling incisivo puede llegar a ser considerado como ciber-acoso.
- Publican comentarios que provocan respuestas emocionales (usualmente de enojo) tocando cuerdas sensibles, usando racismo, intolerancia religiosa, puntos de vista con aires de superioridad, misoginia, ideas políticas extremistas o hasta cosas tan infantiles como burlarse de sobrepeso o defectos físicos de sus objetivos.
- Buscan ser el centro de atención, dominar la conversación, decididamente en actitud narcisista.
- Buscan desviar la atención del tema central.
- En algunos casos extremos, buscan callar a la persona objetivo. Por ejemplo, hay varios casos donde mujeres pro-feminismo son objetos de trolling y se les hostiga hasta que se abstengan de hacer comentarios o apariciones en eventos.
Gente famosa en Internet –que es necesariamente famosa fuera de Internet– es más susceptible a trolling. Un ejemplo es el de Felix Kjellberg, una celebridad en YouTube (PewDiePie), en un momento dado decidió bloquear comentarios en su canal, debido a que le fue imposible callar a los troles.
Troles y la falsificación de personalidad
También se ha considerado trolling el hacerse pasar por otra persona con el fin de cumplir sus objetivos (véase la sección de algunos datos del comportamiento de los troles, en este mismo artículo). Existen casos de troles hombres que se hacen pasar por mujeres, incitando a otros hombres (frecuentemente adolescentes o jóvenes) a hacer avances, que incluso pueden llegar hasta sexting, para finalmente humillarlos con la revelación (entre más pública mejor) de que en realidad se trataba de otro hombre.
La falsificación más común es aquella en la que se hacen pasar por alguien que comparte los intereses de un grupo, de ahí que muchas páginas de Internet soliciten algún medio de identificación, como un correo electrónico, aunque esto no ha detenido del todo la proliferación de perfiles de alter-ego en redes sociales.
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