Al acto de hacer este tipo de comentarios o participaciones en línea se le conoce como trolling, y encontrarás que el término troll se aplica por igual tanto a las personas que hacen la publicación, como al texto en sí que se publicó (por ejemplo, “...Juan publicó un trol en el blog...”).
Otra definición muy interesante de troll (y trolling) la dio Lindy West en una publicación en The Guardian donde habla de sus propias experiencias con troles (el original está en inglés y aquí presento una traducción):
Trolling es una forma de abuso por recreación –por lo general en el anonimato– con la intención de hacerle perder el tiempo al sujeto, sacarlo de sus casillas, frustrarlo o asustarlo para callarle. A veces es relativamente inofensivo (como haciendo preguntas contradictorias sólo para comenzar una discusión) o inmaduro (como burlándose de mi peso o mi inteligencia), pero –sobre todo cuando el sujeto es una mujer joven– se llega con frecuencia a rayar en acoso peligroso y hostigamiento.
Al acto de atacar a alguien en línea también se le conoce como flaming, que se diferencia de trolling en que el segundo es un acto habitual y el primero pudiera ser ocasional o resultado de un conflicto personal. Los troles son muy comunes en Internet, al punto que muchas páginas de Internet han bloqueado las publicaciones abiertas de comentarios y ahora pasan por un proceso de revisión-aprobación.