Su criatura ha matado a más gente en los últimos 60 años que ninguna otra arma —unas 250.000 muertes cada año de media— y ha sido protagonista de la mayor parte de las guerras durante ese período. Mijaíl Kalashnikov, el inventor del fusil de asalto AK-47 (de Avtomat Kaláshnikova modelo 47, por 1947, el año en que concluyó el diseño final del arma), siempre aseguró que su intención era defender a su patria, Rusia, y que lamentaba que su invento hubiese caído en malas manos.
Kaláshnikov ha muerto este lunes a los 94 años en un hospital de la república rusa de Udmurtia, a unos 1.000 kilómetros al este de Moscú. Víctor Chulkov, portavoz del presidente y del Gobierno udmurto, ha escrito en Facebook que el diseñador de armas ha fallecido "tras una larga y grave enfermedad". El ingeniero militar llevaba ingresado desde el 17 de noviembre cuando se le trató por una hemorragia estomacal.
Nacido en 1919 en la ciudad de Kuriá, cerca de la frontera con Kazajistán, fue el séptimo de 19 hermanos y siendo niño fue deportado junto con su familia a Siberia. Combatió como tanquista en la Segunda Guerra Mundial y fue herido en 1941 durante la batalla de Briansk. Durante su convalecencia oyó a sus camaradas quejarse de la calidad de los rifles soviéticos y fue entonces cuando diseñó una nueva arma que llamó la atención de los jefes militares. Inmediatamente fue trasladado al instituto de Aviación de Moscú para que siguiera con la construcción del nuevo fusil, aunque hasta 1949 no fue adoptado por el Ejército Rojo, que lo distribuyó de forma masiva a sus unidades cinco años después. Por su invento, la Unión Soviética le concedió la Orden de Stalin.
El AK-47 fue adoptado también por los países miembros del Pacto de Varsovia como arma principal de su infantería y en la actualidad forma parte del arsenal de 55 ejércitos de todo el mundo.
No tuvo que pasar mucho tiempo hasta que muchos guerrilleros de inspiración comunista, grupos terroristas y movimientos de liberación convirtieron al AK en su arma predilecta. Un detalle: la silueta del AK-47 aparece en la bandera de Mozambique y en el escudo de Timor Oriental.
El éxito del invento de Kaláshnikov se debe a su facilidad para ser producido y a su fiabilidad, que permite que usuarios sin experiencia puedan dispararlo fácilmente. Resistente a los golpes y capaz de funcionar en las condiciones más adversas, de él se ha dicho que podía hacer fuego incluso después de que un tanque le pasase por encima. Sea como fuere, quienes han hecho uso de él, los soldados, han alabado sus propiedades. Incluso los militares estadounidenses que combatieron en la guerra de Vietnam no dudaban en muchos casos en deshacerse de sus carabinas y sustituirlas con un AK- 47 arrebatado a algún enemigo muerto.
El fusil se ha elaborado en una veintena de países, desde China a Bulgaria, pasando por Albania, Serbia y Pakistán. En total, se estima que se han fabricado más de 100 millones de unidades, incluidas variantes y falsificaciones (el 90% del total de los AK producidos en el mundo se fabrican sin autorización o con licencias caducadas ya que la URSS nunca patentó el invento, según las autoridades rusas).
A finales de octubre, el diseñador de armas se dirigió por carta al presidente ruso, Vladímir Putin, para denunciar la mala gestión de la fábrica que produce el famoso fusil ligero. En septiembre, la corporación estatal rusa Rostec acordó con un grupo de inversores privados vender el 49% del capital social del consorcio Izhevsk Machine Works, el fabricante del AK-47.
Debido a su delicado estado de salud sus hijos dejaron de mantenerle al tanto de las operaciones en la fábrica, como cuando el Ejército ruso anunció en 2011 que dejaría de comprar fusiles Kaláshnikov por excesos de existencias en sus arsenales.
Kaláshnikov trabajó la mayor parte de su carrera militar como diseñador de armas para el Ejército, en el que alcanzó el grado de general y nunca se enriqueció con su invento, cuya propiedad es estatal. Sus compatriotas, eso sí, quisieron honrarlo y en 2009 fue condecorado por el entonces presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, con la mayor distinción del país, la de Héroe de la Federación Rusa.
En 2007 y con motivo del 60 aniversario del registro oficial de su fusil, el ingeniero reconoció que los verdaderos responsables de su invento fueron los nazis, al invadir su país, porque su auténtica vocación era diseñar maquinaria agrícola.
¿Merecera realmente descansar en paz?...
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