El coitus interruptus o coito interrumpido, también conocido como
retirada o marcha atrás, es un método de contracepción en el cual una
pareja tiene relaciones sexuales, pero el pene es retirado
prematuramente y el semen es eyaculado fuera de la vagina. El uso de
éste método está documentado desde hace al menos 2000 años, y se estima
que fue usado por 38 millones de parejas en todo el mundo en 1991. Este
método, por sí solo, es poco fiable porque el líquido preseminal, que es
secretado por las glándulas de Cowper para lubricar la uretra tras la
erección, puede contener espermatozoides que pueden provocar un
embarazo. Desde diversas autoridades sanitarias se advierte de la baja o
nula eficacia de esta práctica como método anticonceptivo, así como de
que tampoco protege frente a infecciones de transmisión sexual.
Eficacia
Según estudios realizados, los índices de embarazos no deseados
observados en parejas que usaron la retirada como método anticonceptivo
fueron, dependiendo de la población estudiada, de entre un 15 y 28%. En
comparación, en parejas que usaron la píldora anticonceptiva como método
anticonceptivo se observó, incluyendo el uso incorrecto, un porcentaje
de fallo de entre el 2 y el 8%, mientras que con el dispositivo
intrauterino (DIU) se observó un índice de fallo del 0,8%. Según Kippley
en las parejas que usaron preservativo, incluyendo usos incorrectos del
profiláctico, se produjo un índice de fallo de 10-18%.
Según algunos estudios, en las parejas que usan la retirada
correctamente en cada acto sexual, se estima que el índice de fallo
podría ser del 4%. En comparación, se calcula que los anticonceptivos
orales tienen un índice de fallo, cuando son usados de manera ideal, de
un 0,3%. Igualmente, se estima un 0,6% en el DIU y un 2% en el
preservativo.
La principal causa de fallo del método de la retirada es la falta de
autocontrol de aquellos que lo usan. El mal momento de retirada puede
ocasionar semen en la vulva, el cual puede fácilmente migrar al tracto
reproductivo femenino. Algunos médicos ven a la retirada como un método
anticonceptivo ineficaz.
Se ha sugerido que el fluido preeyaculatorio (“fluidos de Cowper”)
emitido por el pene previo a la eyaculación contiene espermatozoides,
los cuales fácilmente pasarían al tracto genital.7 Sin embargo, varios
estudios menores han fallado al intentar encontrar espermatozoides
viables en el fluido.
Ventajas
Las ventajas del coitus interruptus es que puede ser usado por gente que
tiene objeciones o que no tiene acceso a otras formas de
contracepcción. Algunos hombres lo prefieren para evitar cualquier
posibilidad de efectos adversos de contraceptivos hormonales en sus
parejas. Algunas mujeres también prefieren este método sobre la
contracepción hormonal para revertir efectos adversos, tales como
depresión, cambios de humor, sequedad vaginal, disminución de la libido y
cefaleas, entre otros. No tiene costos monetarios directos, no necesita
aparatos especiales, no tiene efectos colaterales físicos, puede ser
practicado sin prescripción médica y no tiene barreras para la
estimulación.
Desventajas
Comparadas con los métodos comunes reversibles, DIU, contraceptivos
hormonales, y preservativos masculinos, el coitus interruptus es el
menos efectivo en prevenir el embarazo.5 Como resultado, es también de
menor coste/eficacia que muchos métodos más efectivos, pues aunque el
método en sí no tiene costo alguno, los usuarios se enfrentan al gasto
de un potencial embarazo y nacimiento.
El método es totalmente ineficaz en prevenir infecciones de transmisión
sexual como el VIH, ya que el líquido preeyaculado puede contener virus o
bacterias que pueden infectar a la pareja al entrar en contacto con las
mucosas. En algunas enfermedades, una reducción del fluido corporal
intercambiados durante la relación sexual, puede reducir la probabilidad
de enfermedad de transmisión sexual, comparado a usar ningún método
debido al menor número de patógenos presentes.
El método puede ser difícil de usar para algunas parejas. La
interrupción del acto sexual puede dejar a algunas parejas frustradas o
insatisfechas.
Prevalencia
A nivel mundial, el 3% de las mujeres en edad fértil confía en la
retirada como su principal método anticonceptivo. La popularidad
regional del método varía ampliamente, de menos de 1% en el continente
africano a 16% en Oriente Medio (datos de encuestas de finales de la
década de 1990).
Según el National Center for Health Statistics, del Departamento de
Salud del Gobierno de los Estados Unidos, en ese país el 56% de las
mujeres de edad reproductiva han tenido alguna vez en su vida una pareja
que usó la retirada como método anticonceptivo.
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