El diafragma es un implemento que se utiliza como método
anticonceptivo. Consiste en un aro metálico flexible con una membrana de
látex, que se inserta en la vagina e impide el paso de los
espermatozoides hacia el útero y, con esto, impide el embarazo. Este
método anticonceptivo es mucho más eficaz si es usado con el complemento
de una crema.
El diafragma sólo se puede conseguir con una receta dada por un
ginecólogo, ya que las medidas de la vagina de cada mujer varían y
necesitan un diafragma de diferente tamaño.
El diafragma actual lo inventó un médico alemán en 1880. Se popularizó
rápidamente en Alemania y Holanda (de aquí el nombre de ‘gorro holandés’
que se le da en algunos países). Sin embargo, la idea de cubrir el
cuello del útero para evitar el embarazo no era nueva. Las mujeres del
antiguo Egipto utilizaban un diafragma hecho de excremento de cocodrilo
seco y miel; en el siglo XVIII se usaba con el mismo fin la mitad de un
limón parcialmente vaciado. El ácido del jugo mejoraba la protección, ya
que repele a los espermatozoides.
El diafragma puede insertarse en la vagina hasta seis horas antes del
coito. Antes de cada nuevo coito hay que aplicar más espermicida en el
interior de la vagina. También es necesario comprobar la correcta
colocación del diafragma antes de cada acto. Después del coito, la mujer
debe mantener el diafragma en su posición durante al menos 6 horas,
pero nunca durante más de 24 horas.
Con el diafragma sólo se pueden utilizar lubricantes acuosos. Los de
base oleosa, como la vaselina, pueden dañar la estructura del caucho y
provocar desgarros y perforaciones. El diafragma se lava con jabón y
agua después de cada uso y a continuación se aclara escrupulosamente,
pues el jabón podría deteriorar el caucho. Se debe examinar con
regularidad mirándolo al trasluz o llenándolo de agua para comprobar si
tiene algún orificio. Hay que cambiarlo cada dos años aproximadamente y
siempre que se ganen o se pierdan más de 9 kg de peso, después de un
embarazo y después de cualquier intervención de cirugía de la pelvis.
El diafragma proporciona cierta protección frente a las enfermedades de
transmisión sexual (ETS), pero no frente al virus de la
inmuno-deficiencia humana (VIH), causante del síndrome de
inmunodeficiencia adquirida (SIDA). Puede aumentar el riesgo de contraer
infecciones urinarias (es decir, de la vejiga o la uretra). Las mujeres
que sufran infecciones urinarias cada vez que usen diafragma, deben
buscar otro método anticonceptivo.
El diafragma se comercializa en distintas tallas y debe prescribirlo un
médico, quien comprobará su correcto ajuste. El espermicida provoca en
algunas mujeres irritación vaginal.
Ventajas
El diafragma puede ser instalado antes de mantener una relación sexual, con lo que no influye en la espontaneidad de ésta.
No se nota su presencia durante las relaciones sexuales
No produce cambios hormonales.
Desventajas
Baja efectividad
Aumenta el riesgo de infección urinaria
No protege contra enfermedades de transmisión sexual
Su colocación puede ser incómoda
Puede ser muy peligroso