El preservativo femenino, condón femenino o condón vaginal es un
método anticonceptivo de barrera de uso vaginal alternativo al
preservativo masculino. Consiste en una delgada funda que se ajusta a
las paredes de la vagina y se puede llevar puesto hasta 8 horas. A
diferencia del preservativo masculino no queda ajustado a tensión y por
la humedad y temperatura propias de la vagina se adhiere cómodamente y
su presencia es casi inapreciable. El preservativo femenino apareció en
1992 en Inglaterra y Estados Unidos e inmediatamente se difundió su uso
por Europa y el resto del mundo.
Características
El primer condón femenino-CF- se hizo del plástico sintético llamado
poliuretano. Su diseño proporciona mayor protección a la mujer contra
las enfermedades de transmisión sexual, como la de VPH-virus del
papiloma humano- y por virus de la inmunodeficiencia humana (VIH); pues
impide el contacto de los genitales masculinos y del semen (donde se
encuentran los espermatozoides) con la vagina y genitales femeninos
externos, limitando el acceso al óvulo, y evita el embarazo. Además
protege al escroto del varón de quedar expuesto a contagio al insertar
por vía anterior o posterior.
Se calcula que su efectividad es de 88 % a 98 % si se utiliza correctamente.
Además del CF de poliuretano, existe el de nitrilo – segunda
generación- desde 2007. Ambos resultan más resistentes que los condones
de látex masculinos, tienen un potencial de roturas menos frecuentes,
mayor protección física (sexo protegido) y comodidad, así como un
período de conservación más largo, aun cuando las condiciones de
almacenamiento sean desfavorables.
El CF consta de una transparente funda pre lubricada que no contiene
espermicidas, con dos anillos, uno interior y cerrado, que permite la
colocación fácil dentro de la vagina, y el otro con un diámetro más
grande, abierto y más flexible, que facilita cubrir los labios y
clítoris, impide que el condón se introduzca demasiado en la vagina y
que pierda posición.
Atendiendo la vulnerabilidad de la mujer se creó el CF, que resulta
ser su mejor opción, le permite ejercer sus derechos sexuales, decidir y
tener control sobre su seguridad. Viene a ser un dispositivo que
responde a la mayor complejidad de su intimidad genital.
Las dimensiones del CF son las necesarias para proteger a los
genitales de la mujer y apenas distintas de las del condón del varón, de
160 mm de largo y 44-56 mm de ancho (NOM-016-SSA-1993).
Colocación
Se debe comprobar la fecha de caducidad y el correcto estado del preservativo.
1. La colocación es parecida a la de otros anticonceptivos vaginales
femeninos: anillo vaginal, diafragma, esponja anticonceptiva, capuchón
cervical y LeaContraceptivum.
2. No hace falta esperar a la erección del pene como ocurre con los
preservativos del hombre; inicie juntando el anillo interior desde la
parte externa del preservativo para introducirlo en la vagina.
3. Una vez en vagina se coloca el dedo pequeño dentro del preservativo
para avanzarlo pasando el nivel del hueso del pubis y alcance el fondo,
igual como se coloca un óvulo vaginal, teniendo cuidado con los posibles
objetos cortantes (uñas, anillos…).
4. El anillo externo y un pequeño segmento del CF quedan por fuera para
impedir el contacto de los genitales masculinos, especialmente raíz del
pene y testículos, con la vulva y piel del área genital de la mujer,
sitios susceptibles de contagio por virus del papiloma humano, entre más
causantes de ETS.
5. Una vez terminado el coito se le da un par de vueltas al anillo
externo para que no se salga el semen y se tira del preservativo para
sacarlo.
Notas:
Nunca debe usarse un preservativo masculino a la vez que un condón
vaginal o femenino. Para efectividad y protección adicional contra el
embarazo, puede recurrir a un gel espermicida.
Nunca debe reutilizarse el preservativo, sólo debe usarse una vez.
Al sacar el preservativo, envuélvelo con un pedazo de papel higiénico y tíralo a la basura, nunca al WC.
Si al usar el condón presentase alguna irritación o malestar, consulte de inmediato con su médico.
Ventajas e inconvenientes
Como todos los métodos anticonceptivos, el CF tiene sus ventajas y sus
inconvenientes. Entre las ventajas está el que no hace falta esperar a
que el pene esté en erección, que no es necesario extraerlo o levantarse
a asearse inmediatamente después de la eyaculación, y su fácil uso.
Previene contra las enfermedades de transmisión sexual, como virus del
papiloma humano y VIH. Supone una alternativa para aquellas personas que
tienen alergia al látex. Pero como todos los métodos, éste también
tiene sus aspectos negativos, tiene mayor precio que el del hombre, y se
da la creencia equivocada de ser aparatoso porque es para una anatomía
más compleja.
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